ROJO

No era la mejor de las temporadas. Pero esa noche fue el mejor de los placebos que había tenido en meses de soledad. Luego de más de diez años por fin la idea del amor había muerto en mi cabeza y no quedaba nada más que vacio y necesidad rodeada de días de mucho trabajo y noches de radio, cine y/o televisión. A menudo una lectura y los viernes, noches vikingas al calor de muchas cervezas que nunca parecían ser suficientes para cegar mi conciencia de las cosas que se repetían una y otra vez. Más de cincuenta mil páginas con finales trágicos y otros menos dolorosos. Mil o dos mil películas más o menos y ninguno era mi final. Pero esta noche en particular hubiera podido escribir mi final con letras doradas si hubiera muerto allí mismo. Detuve mi auto en un bar medio escondido detrás de una avenida que transitaba muy poco. Pero esa noche en particular no deseaba regresar a mi apartamento a enredarme en otra lectura o terminar alguna ya comenzada, tampoco deseaba otra cerveza con los amigos de siempre. Deseaba la compañía de una mujer. Pero tampoco había planeado estar con ninguna así que como último recurso entré a tomar de forma improvisada un par de cervezas y escuchar algo de ruido de gente a mí alrededor en aquel sitio que ni recuerdo el nombre. Todo estaba muy solitario pero al otro lado de la barra estaba una mujer blanca como nieve y su cabello completamente rojo estridente y muy lizo tanto que quede atrapado en su sexapil. Guau, guau, guau no suelo abordar mujeres en los bares por respeto de mi bolsillo y mi dignidad. Además que puedes hallar allí, Pienso! Pero esa noche qué más daba. Porque no cambiar un poco e improvisar. Fingí ir para el baño y la tropecé, ella volteo su rostro a mirarme. Quede estupefacto al ver que su ojos eran verdes como esmeraldas pero me contuve y nada más me disculpé al volver a la barra le envié una cerveza con una nota que decía “disculpa el tropiezo pero gracias por la mirada” al terminar de leerlo volteo a verme y sonrió. Levante mi cerveza en señal de saludo y ella se acerco a mi caminando muy lento y sensual, parecía sacada de una película, su traje también era rojo y el color de sus uñas en manos y pies. Bueno lo de los pies lo descubrí más tarde, al igual que tres flores rojas perfectamente tatuadas el lado izquierdo de su espalda…