XIII

Me simulo sombra de medio día

Para mirar entre tus ganas el miedo

Que no se cansa de matar el amor en silencio

Mientras las horas descalzas de llanto van tiñendo

Las mudas baldosas y el techo de nuestra sala

Donde solíamos jugar con la locura

Hasta exacerbar los deseos, para luego soltarlos

En medio de la noche o escondidas por la mañana

Tras las cortinas, sobre la alfombra o la cama

No importaba donde mientras pudiera sentir

El latido de tu pecho sofocado clavado en mi alma.


VI

No estoy más solo con tu partida

No estoy más lleno de ganas

Sin tu saliva seca en mi almohada

Es solo otro momento de pan y cafe

Para desayunar en mi alma

Sentado a solas contemplando mi calma

Y tu plusvalía.

No estoy más solo con tu partida

Si aquí se quedan tus ganas por mi

Y tus sueños de niña mimada

Corriendo descalza por el tranvía

Hasta que grises tus pies

Busquen de regreso mi alma

Que no te espera sentada

Otro todavía.





IX

No sangra, no lastima

Sobre el fogón la carne bendita

Ha muerto la vaca

Ni mu queda de su vida

Lontananzas de pastos sobre tu plato

Otro respiro de las crisálidas

Que no son mariposas ni nada

Metamorfosis de almas

Agonizantes en vida.


XII

Va pero no regresa; su afán parece infinito

No permea con nadie ni da tumbos en el viento nocturno,

No da espera a mis lágrimas de marzo

Me congela el metatarso y la pena

Que no se cae en el fango de la mañana de ayer que murió

Solitaria en una esquina de la calle ochenta y uno

Continúa su ritual macabro devastando las hojarascas de horas

Olvidadas en el recuerdo de los vivos y lo ecos de los muertos

No le miro a los ojos, tácito sobre el sementó me desvanezco

Entre las sombras de ruidos y silencios para pernoctar

Otro poco y engañar cuanto pueda al tiempo.